Pensiones calculadas en base a expectativa de vida promedio sin aplicar tabla de mortalidad.
Fuente: Desarrollo Financiero.
El sistema de pensiones normado por el DL 3-500 de 1980, no entrega los beneficios esperados, pues en realidad, más que un sistema de pensiones, es un sistema de acumulación de ahorro, que deriva en retiros que se cargan sobre los ahorros. Los retiros se canalizan a través de un Retiro Programado en la AFP, o en una Renta Vitalicia en una Compañía de Seguros de Vida.
Cuánto van a durar esos ahorros, dependerá de la modalidad que se elija para los retiros. Pero hay algo que es claro, y es que la fórmula para el retiro no la define el propietario de los fondos, sino que se establece por ley, en base al saldo disponible, el número de personas del grupo familiar, el género, y la aplicación de tablas de mortalidad o expectativa de vida.
Las tablas de mortalidad son las que indican la probabilidad de que una persona muera en un año determinado de su vida. Las tablas, señalan que las personas podrían llegar a vivir hasta 110 años. ¿Por qué esto?, porque el sistema debe preveer que un mínimo grupo de personas podría llegar hasta esa edad. Pero no son todos.
La expectativa de vida, a contar del 1° de julio de 2016 es de 91,09 años en el caso de la mujer y de 85,6 en el caso de los hombres. Esto significa que a la mujer, luego de pensionarse a los 60 años, debería vivir en promedio 30,09 años más y el hombre 20,6 años más. Sin embargo, la aplicación de estas tablas implica que la mujer no viviría los 30,09 años adicionales, sino 45 años más; y el hombre no viviría 20,6 años más, sino 50 años.
Este hecho hace que los montos de pensiones sean considerablemente más bajos de lo que en realidad debería ser, ya que se está aplicando a la totalidad de las personas, una tabla que contiene una expectativa de vid que no es universal. No todas las personas llegan a vivir 110 años. La mayoría va muriendo en el promedio ya indicado.
Propuesta:
Por lo anterior, la aplicación de estas tablas deteriora el valor de las pensiones, creando bajos beneficios y levantando un clamor social que ha sido creciente en el último tiempo.
Todas las iniciativas que se discuten y proponen, actúan sobre la base de agregar más recursos a los fondos o promover un retiro laboral más tardío. Este es un camino equivocado que no resolverá el problema de manera inmediata.
El camino correcto sugiere la eliminación de las tablas de mortalidad. De este modo, las pensiones deberían calcularse en base a la expectativa de vida promedio, que es lo que de manera real las personas deberían vivir antes de morir.
Luego, para los casos en que las personas superen esos parámetros, se puede seguir dos caminos:
- Creación de un fondo especial basado en aportes especiales (el 5% de aumento de cotización propuesto por la presidenta Bachelet), o;
- Un seguro especial de supervivencia con ahorro, que se haga efectivo al momento de superar la expecttiva de vida promedio. Si se produce antes el fallecimiento, operará una devolución de las primas pagadas a los miembros del grupo familiar del afiliado en cuestión.